Como conservar un queso curado de oveja
Conservar un queso curado de oveja en casa es muy sencillo. Solo debemos tener en cuenta la manera en que lo compramos, ya sea entero, o por porciones, así como el tiempo que tenemos pensado para su consumo. Para los amantes de los quesos esto es algo prioritario. Por eso, a continuación, veremos qué hacer para asegurar la larga vida de este delicioso producto.
Cómo conservar un queso curado de oveja
Una de las grandes preocupaciones a la hora de comprar un queso es su posterior conservación. Lo primero que procuramos es que nos dure lo suficiente como para acabárnoslo antes de que sea invadido por el moho.
En el caso de un queso curado como el de oveja, debemos tener en cuenta su humedad y la temperatura adecuada. Aunque podemos optar por conservarlo en aceite, asegurándonos así de que nos aguantará incluso años, tenemos otras opciones también muy recomendables y menos engorrosas.
Si el queso está envasado al vacío, mientras que lo dejemos así y lo refrigeremos adecuadamente, no habrá ningún problema. En el momento en que quitamos este envase, igualmente tendremos que meterlo al frigorífico, preferiblemente envuelto en un paño. Necesitará encontrarse a una temperatura de entre 5 y 10 grados centígrados.
La luz no es lo mejor para su conservación, aunque decidamos consumirlo en pocos días. Esta actúa sobre el queso curado como un oxidante, provocando una evolución en el mismo y un prematuro envejecimiento, hecho que podría endurecerlo y secarlo considerablemente.
Dado que queremos sentir todas sus propiedades, empezando por su sabor, es preferible sacarlo del frigorífico media hora antes de consumirlo. Un queso de estas características, frío, no tiene el mismo sabor que a temperatura ambiente.
El queso curado de oveja precisa de unos cuidados especiales para su buena conservación. Pero te resultará muy sencillo disfrutar de su sabor si sigues estas pautas descritas.
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